El mercado automovilístico chino, un gigante que se despereza

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Si nos ponemos a enumerar las grandes marcas automovilísticas, muy probablemente la mayoría de ellas sean estadounidenses, europeas y japonesas. De igual modo, todas esas regiones constituyen también los mercados más importantes para el sector, seguidas a cierta distancia por Latinoamérica. Este estado de las cosas, sin embargo, hace algún tiempo que se ha visto seriamente trastocado por la emergencia de otro gigantesco mercado. China se ha ido abriendo progresivamente al mundo y la automoción es uno de los sectores que más partido le está sacando. A continuación, analizamos la situación del mercado automovilístico chino y sus perspectivas de futuro.

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Una relativamente concurrida avenida de Pequín. Imagen con licencia Creative Commons

Aunque este dato no es muy conocido, China desbancó en 2009 a Estados Unidos como el principal mercado automovilístico global. En aquel ejercicio, los consumidores chinos adquirieron cerca de 19 millones de vehículos, cifra que ha seguido aumentando hasta alcanzar los 24,6 millones en 2015. La recuperación económica de las grandes potencias occidentales no ha modificado el nuevo equilibrio de poder y se da por sentado que la brecha seguirá agrandándose en favor de China. La lógica del proceso es evidente, en tanto el gigante asiático cuenta con casi 1.400 millones de habitantes.

¿Cómo se reparte por ahora tan apetecible pastel? La norteamericana General Motors es la compañía que cuenta con mayor cuota de mercado, al comercializar 3,6 millones de vehículos el año pasado (el 14,6% del total). El grupo estadounidense superó por escaso margen a Volkswagen, que había liderado las ventas en los ejercicios anteriores pero que se vio penalizado en el último trimestre de 2015 al destaparse el escándalo en las emisiones. Otra cifra interesante es que el número de unidades producidas en China también aumentó hasta igualar prácticamente las ventas (24,5 millones de coches). De este modo, Pequín asume un doble rol como cliente y como fabricante.

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Cantón (provincia de Guangdong). Imagen con licencia Creative Commons

El crecimiento del mercado no se explica por el aumento de la población china, cuyo ritmo de avance se ha reducido en los últimos años. Lo que ha sucedido es que la expansión económica china, evidente desde la década de los ochenta, ha repercutido al fin en la configuración de una clase media todavía embrionaria y muy reducida pero que, dada la población total del país, está compuesta por varias decenas de millones de personas. No en vano, la renta per cápita china ha pasado de apenas 812 € en 1999 a 7.200 € en 2015. Dicho de otro modo, la riqueza del país con respecto a su población se ha multiplicado por nueve en apenas 16 años. Pese a tratarse de un umbral todavía modesto (la renta per cápita de España era de 23.300 € en 2015), las diferencias con los países occidentales se han reducido extraordinariamente.

Ahora bien, tan rosada historia de éxitos también merece ciertas puntualizaciones. En primer lugar, el ritmo de crecimiento de las ventas automovilísticas ha pasado del 14% en 2013 al 4,7% en 2015. Esta tendencia coincide con la desaceleración económica en general del país y que complica las previsiones para los próximos años, si bien desde Pequín se insiste en que el mercado automovilístico crecerá este año con mayor intensidad que el pasado. Sea como sea, tanto si se cumplen estos pronósticos como si los resultados finales son más decepcionantes,  la economía China ha sentado las bases para seguir creciendo al menos durante el próximo lustro. Nosotros al menos no perderemos detalle de ello.

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