Los primeros días con tu coche nuevo

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Pocas sensaciones resultan tan difíciles de describir para los aficionados al motor como situarse por vez primera al volante de su nuevo coche. Generalmente, se trata de una compra largamente meditada y en la que hemos tenido que afrontar un desembolso bastante considerable, lo cual nos debería llevar a ser más prudentes en los primeros contactos. Fabricantes, concesionarios y expertos coinciden en que el periodo de rodaje necesario para que un coche comience a ofrecer todas sus posibilidades es cada vez menor. Con todo, sigue siendo altamente recomendable tomar ciertas precauciones durante los primeros días con un coche nuevo.

“Durante los primeros kilómetros, no le metas demasiada presión al coche”. Esta suele ser la indicación habitual que reciben los compradores pero salta a la vista que difícilmente podría ser más imprecisa. ¿Cuántos kilómetros deben recorrerse exactamente y durante cuánto tiempo antes de considerar que el coche está verdaderamente a punto? Aceptando que cada modelo responde de una manera y que el estilo de conducir puede alterar considerablemente los tiempos, la barrera más común para dar por ‘rodado’ un coche se sitúa entre 1.000 y 2.000 km. Durante ese tiempo, convendría no abusar de los acelerones y las salidas rápidas y tampoco forzar en exceso las marchas.

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Todos nos volvemos más cuidadosos cuando compramos un coche. Imagen extraída de cambiosecuencial.es

Por tratar de establecer una serie de pautas durante el rodaje, lo más importante es mantener un estilo de conducción suave (a algunos les costará más que a otros). Ello implica esperar a que el motor alcance la temperatura adecuada antes de meterle las velocidades más altas, lo que implica también dejarlo enfriar tras cada uso. No resulta en absoluto aconsejable coger el vehículo para realizar desplazamientos cortos y bastante consecutivos durante esta primera fase. Es más recomendable alargar los recorridos en los primeros desplazamientos para que la mecánica del coche vaya poniéndose a punto. Solo así podemos experimentar con diferentes marchas así como con el resto de las opciones del vehículo.

Algunos coches nuevos disponen de un sistema electrónico que indica al conductor cuándo debe cambiar de marcha. Por engorroso que resulte al principio, se trata de una asistencia muy útil en muchos sentidos. Por un lado, nos ayuda mejorar la eficiencia de la conducción y ello se traduce en un menor consumo de combustible. Por otro, garantiza un funcionamiento más fluido para el motor, lo que indudablemente prolonga su vida útil. Un consejo para trabajar en este apartado es el de efectuar distintos cambios de ritmo graduales durante la marcha, lo cual puede conseguirse con un desplazamiento por alguna carretera poco transitada. Esto resulta interesante incluso cuando se ha adquirido un coche de segunda mano, ya que ello no nos exime de tener que adaptar el coche a nuestras necesidades.

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Estrenar un coche conlleva ciertas responsabilidades ineludibles. Imagen extraída de testcoches.es

Al margen de las cuestiones mecánicas, el periodo de rodaje ha de servir también para que el conductor se familiarice con las necesidades del coche, esto es, con el tipo de conducción con el que este ofrece su mejor versión. No hay que olvidar que hay coches para cada estilo de conducción y que es muy importante ser conscientes de lo que puede hacerse con un determinado vehículo y de lo que no. Así, en los primeros kilómetros es cuando se aprecia cómo responde el coche a los cambios de ritmo, cómo evoluciona su consumo (la mayoría lo indican tanto en el momento como con datos medios) y cuánto se tarda en alcanzar la temperatura más apropiada. En gran medida, un buen comienzo es la mayor garantía de una larga relación.

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