Jaguar es una de las marcas históricas del sector de la automoción que quizás ha sufrido más cambios en sus años de historia, después de pasar por diversas manos y al menos poder presumir de haber conseguido mantener su identidad -ese aire british característico- bajo la tutela de TATA, pisa firme en el mercado y ahora se dispone a hacer historia aumentando su gama de actuación gracias a las sinergias de la otra marca del sector de lujo de TATA -Land Rover-, así nace el primer SUV de la inglesa el F-PACE.
Una de las particularidades de este SUV es su construcción en aluminio y otros materiales ligeros, mientras que estéticamente sigue las lineas marcadas por el prototipo C-X17.
El interior es quizás lo menos rompedor, básicamente se dedica a combinar lo mejor de los jaguar XE y XF, limpio y terriblemente funcional.
Con una habitabilidad excepcional gracias a los 2,87 metros que separan sus ejes y con un maletero fuera de serie -650 litros- el F-PACE no decepcionara a los que buscan un coche confortable y grande, un SUV con un comportamiento excepcional.
Las motorizaciones se dividen en dos grupos de dos integrantes por combustible – dos diésel y dos gasolina – que sera ampliada muy pronto con una versión que montara motorización eléctrica, sin embargo, precisamente en lo que destaca el primer SUV de Jaguar es en los campos de seguridad y diseño.
Y es que, a pesar de que para Jaguar sea la primera incursión en este tipo de coches cabe recordar que no es nada nuevo para TATA que incluye entre su cartera de marcas nada más y nada menos que a Land Rover, una garantía de éxito seguro.
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