El idilio de la denominación Continental con Bentley viene de largo, el primer Continental nació en 1952, la marca decidió aprovechar los experimentos aerodinámicos que inicio antes de la Segunda guerra mundial para lanzar una nueva versión de R-Type.
En su momento el Continental R-Type se convirtió en el coche de producción más caro del mundo, con un valor casi cuatro veces más alto que el de la vivienda media en ese momento en Inglaterra, justificado por supuesto con otra característica especial, también fue el coche más rápido del mundo.
Su producción fue de 208 unidades y aunque es menos conocido, sus carroceros también fueron ilustres:
193 unidades estuvieron a cargo de HJ Mulliner, 6 por Park Prad, 5 por Franay, tres por Graber y una solitaria unidad por el gran Pininfarina.
Pero si de algo presumía este Continental era de su motor, se elevaron las prestaciones respecto a su versión anterior llegando hasta 153 CV algo que le permitió llegar en una prueba de circuito a los 191.1 km/h.
Sin embargo, no siempre ha acompañado la denominación Continental a Bentley, hace relativamente poco, concretamente en el año 2003 sería cuando Bentley rescataría del olvido, la denominación Continental que ha mantenido desde entonces.
Por supuesto, en esta nueva hornada heredera del Continental ha sido cuidada con esmero y aunque, ya no es el coche más caro -ni el más rápido- desde luego sigue siendo un vehículo de otro mundo.
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