Para que la industria automovilística haya llegado a ser lo que es actualmente, numerosas compañías han tenido que poner su granito de arena para empujar el desarrollo del sector. No pocas de estas marcas han desaparecido o se han visto obligadas a redirigir su actividad hacia otros derroteros, quedando como supervivientes apenas varias decenas de marcas de sobra conocidas por todos. Hoy traemos a colación la historia de un grupo que cuenta con una cuota de mercado del 16,5% en España en el segmento de los camiones: Volvo.
La industrialización del norte de Europa fue mucho más rápida que la de las zonas más meridionales pero aun así hubo importantes diferencias en función de cada territorio. Mientras Noruega quedaba casi por completo al margen del desarrollo de las grandes factorías, el sur de Suecia se industrializó de manera rápida y profunda. Gotemburgo se convirtió en la capital industrial del país escandinavo y sería allí donde arrancaría la historia de Volvo. El ingeniero Gustav Larson tenía numerosas ideas para desarrollar una industria automovilística propiamente dicha en el país, contando con el apoyo del economista Assar Gabrielsson para poner en marcha dicho proyecto en Gotemburgo en 1927.

Emblema de Volvo. Imagen extraída de car-brand-names.com.
Aunque inicialmente la empresa nacía como una fábrica asociada a la gran compañía Svenska Kullagerfabriken (SKF), el nombre de Volvo la acompañó en todo momento. Es más, este término fue registrado formalmente en 1915 con el cometido de alumbrar una fábrica de rodamientos. Esta actividad nunca se llevaría a cabo pero se mantendría su nombre, que proviene del latín y significa, simple y llanamente ‘ruedo’. Rota rápidamente la dependencia respecto a SKF, el mismo año de la creación de la marca saldría de su factoría el Volvo ÖV 4. Durante las primeras décadas, Volvo no tendría mayor aspiración que fabricar modelos especialmente adaptados a los rigores del clima escandinavo, razón por la cual se antepuso la funcionalidad al diseño.
Tras beneficiarse de la neutralidad sueca en la Segunda Guerra Mundial, que evitó que la planta de Gotemburgo sufriera la destrucción que padecieron, entre otros fabricantes, BMW o Mercedes-Benz, Volvo comenzó a virar su negocio hacia la exportación. No fue un camino fácil, los europeos estaban acostumbrados a otro tipo de coches, mucho más acordes con los entornos urbanos y con mayor peso de la estética y la comodidad, y los ingenieros suecos tuvieron que emplearse a fondo para conseguir adaptarse a esta realidad. En la década de 1960 se inaugurarían la planta de Torslanda (Suecia) y Gante (Bélgica), precisamente para abastecer las nuevas exigencias productivas de la compañía.
Entre las décadas de 1970 y 1980, Volvo fue dando paso a una serie de movimientos comerciales estratégicos para afianzarse en el mercado continental. Una decisión especialmente rentable fue la compra de DAF Automóviles, que le permitiría mejorar las prestaciones de sus coches particulares. De este modo, los modelos de Volvo comenzaron a dejarse ver con mayor intensidad por las carreteras de países como Reino Unido, además de las vecinas Noruega y Dinamarca. Particularmente exitoso fue el Volvo 300, producido en Holanda entre 1975 y 1991. En ese momento, Volvo había consolidado su imagen como fabricante de coches seguros y duraderos.
Sería esta estupenda carta de presentación la que llevaría a Ford a realizar una de sus operaciones más ambiciosas, adquiriendo la división de automóviles de la marca sueca en 1999. De este modo, la multimillonaria compra (cifrada en torno a los 6.500 millones de dólares) dividió la actividad de Volvo entre el fabricante de camiones que siguió perteneciendo al grupo original y la línea de turismos y coches particulares que pasó a manos de Ford. Sin embargo, a pesar del lanzamiento de numerosas líneas, Volvo no resultó tan rentable para los americanos como estos deseaban. En 2009, Ford vendió la marca nórdica a un grupo chino, Zhejiang Geely Holding Group. Desde entonces, la marca ha ido ganando cuota de mercado en todo el mundo y ha logrado, por fin, alumbrar propuestas en todas las categorías. La última de ellas, el compacto Volvo V40, del que encontrarás una oferta inmejorable en Automóviles Argüelles.