Pocas marcas pueden presumir de que sus logotipos produzcan tanta fascinación como Rolls Royce, «Emily» o formalmente conocida como el espíritu del éxtasis es un símbolo del lujo, la alta gama y las pasiones escondidas, hoy te contamos por que.
Formalmente el espíritu del éxtasis fue diseñado por Charles Robinson Sykes un escultor británico, pero el gran secreto de esta escultura nos lleva a otro nombre John Walter Edward Scott-Montagu editor de la revista Car y a una dama de ascendencia española, Eleanor Velasco Thornton.
Scott-Montagu, era un apasionado de los automóviles y como tal, en aquella época tenía en su garaje varios Silver Ghost, cuentan que quiso adornar su vehículo y así encargo una estatuilla para resaltar la belleza de estos clásicos, se la encargo a un escultor amigo suyo Charles Robinson Sykes quien, curiosamente tomo como inspiración a la amante y amor imposible de Scott-Montagu, Eleanor.
Eleanor era la secretaria de Scott-Montagu que por aquel entonces había sido nombrado Lord y por tanto, no podía tener una relación con la joven debido a su estatus social.
Dicen que mantuvieron una relación secreta y muy apasionada y que solo unos cuantos amigos la conocían, duro casí 10 años hasta la muerte de la joven a bordo de un barco torpedeado por un submarino alemán.
El primer espíritu del éxtasis dicen que se llevaba el dedo a la boca pidiendo silencio como un eterno homenaje al amor de su amigo, más tarde, varios propietarios de Rolls lo fueron copiando, hasta que los dueños de la fabrica se pusieron en contacto con Skyes para formalizar a Eleanor como la insignia de tan ilustre marca.
Curiosamente la idea de los propietarios de Rolls era usar como figura la imagen de la diosa griega de la victoria, y de hecho, la historia oficial así lo cuenta, pero dicen que Skyes tubo muy claro quien iba a ser el modelo y por que.
Para dar más dramatismo a la historia Eleanor no moriría sola en aquel barco, viajaba a la India con su jefe, cuando un submarino nazi hundió el barco cerca de la isla griega de Creta.
Dramatismo al estilo shakesperiano para quizás uno de los logotipos que más evocan el amor por el lujo, una dama con la ropa al viento, que algunos dicen que es una diosa y otros un amor trágico que traspasa el tiempo.