El legado de Abarth

Historia de la automoción

La pasión el carácter y el rendimiento han sido la nota dominante de aquellas marcas que han paso al salón de la fama de la historia automovilística, y si hablamos de pasión las marcas nacidas de la competición siempre han incluido un plus difícil de describir.

Una de esas marcas es Abarth, un nombre sinónimo de velocidad y éxito en las pistas, lo particular de esta marca es su origen, un origen en humilde que con el tiempo se convirtió en todo un ícono del automovilismo deportivo, la historia de Abarth es una fascinante mezcla de ingenio, audacia y dedicación.

Así pues, en las siguientes líneas iniciaremos un viaje a través del tiempo para conocer la marca Abarth, en él hablaremos desde sus inicios hasta convertirse en una marca respetada en el la competición y por ende, en los vehículos deportivos.

Los inicios de Abarth son una muestra de como la mala fortuna en un campo puede ser el pistoletazo de salida para aquellos que son capaces de reinventarse, hablamos de Karl Abarth, un ingeniero austriaco-italiano nacido en 1908 en la fría Viena. Abarth era un completo apasionado de los motores desde muy joven, algo que fue detonante de su más tarde prometedora y prolífica carrera como ingeniero.  Fue esta pasión por el motora la que le llevo a trasladarse a Italia en la década de 1930, para convertirse en piloto de motocicletas, es aquí donde actúo la mala suerte o la diosa fortuna, una aparatoso accidente derivado en una lesión, obligó a Karl a abandonar su carrera en el incipiente motociclismo para centrarse en la ingeniería, concretamente en el desarrollo de motores de alto rendimiento para la competición.

No sería sin embargo hasta 1949 cuando Abarth fundó su propia compañía creando con ello un punto de inflexión en su carrera.  La filosofía de Abarth -compañía homónima de su creador- era clara, quería potenciar el rendimiento de los vehículos que hasta ese momento existían,  para ello creo kits de rendimiento y componentes de alta calidad, más rápido y más eficiente, una compañía a imagen y semejanza de su creador.

Y con esos valores y objetivos tan claramente definidos, Abarth rápidamente se hizo un nombre  dentro del alto rendimieno automovilístico deportivo. Las vitorias no tardaron en llegar fruto de unos motores y componentes de alta calidad, así que,  Abarth llamo la antención de los grandes fabricantes comenzando a colaborar con por ejemplo Fiat, produciendo sus  míticas versiones deportivas. Desde entonces el apellido «Abarth», se hizo famososo por su rendimiento excepcional y la agresiva apariencia que aportaba a las versiones deportivas de los modelos de calle.

El famoso escorpión se gano su reputación a pulso en la década de los 60 cuando gano numerosos campeonatos y estableció numerosos récords de velocidad. Sus coches despertaban en la pista admiración y temor a partes iguales en todo el mundo.

Tal fue el éxito de la submarca dentro del grupo Fiat que en 1971 el grupo italiano decidió comprar Abarth, convirtiendo lo que ya era de facto en algo oficial, su división de rendimiento. Con los recursos de Fiat -tanto económicos como de distribución-, Abarth bajo la administración de Fiat, h continuó produciendo versiones de alto rendimiento de los modelos de Fiat, manteniendo su espíritu deportivo y su compromiso con la calidad.

Pasaron las décadas y Abarth se convirtió en una de esas marcas sinónimo de emociones fuertes, rendimiento y deportividad, desde pequeños coches con orientación deportiva -como el Abarth 500- hasta deportivos del alto rendimiento, todo un símbolo y una declaración de intenciones para aquel que se decanta por la marca del escorpión.

En la actualidad, Abarth y su escorpión siguen siendo una marca icónica, un mito en el mundo de los coches deportivos que sigue expandiendo su leyenda continuando con su enfoque en el rendimiento, la pasión por la velocidad a través de una artesanía excepcional capaz de distinguirlos de otras marcas en el mercado, en resumen, una marca capaz de mantener vivo el legado de uno de esos tipos capaces de cambiar por si mismos el  curso de la historia, en este caso, de la automoción.

¿Has visto ya los Abarth de segunda mano que tenemos a tu disposición?