No, Turbo no es sólo una denominación cualquiera dentro del mundo creado por Ferdinand Porsche, nunca ha sido tan sólo un modelo, es el apellido que evoca un conjunto de características que buscan situar a determinadas versiones de la teutona como las más avanzadas tecnológicamente.
Son ya, nada más y nada menos, que 48 años de historia de esta denominación, el primer TURBO vería la luz en 1975, concretamente en la gama 911 y desde entonces para Porsche es símbolo de prestigio y sobre todo potencia.
Por tanto, los Turbo buscan los limites de la mecánica y la tecnología situándolos como la máxima expresión, el culmen de una determinada gama de Porsche.
Y es que, el turbo se siente y se conduce diferente, Porsche no aplica tan sólo mejoras estéticas a sus vehículos, motor y chasis son modificados con un único objetivo, al pulsar el acelerador sentir el concepto Turbo.
Por tanto, no es sólo estética, el Turbo es siempre pionero en la incorporación de nuevas tecnologías a Porsche y ojo, al tratarse de un concepto la terminación Turbo se extiende a las distintas versiones ya sean de combustión, híbridas, híbridas enchufables o eléctricas, turbo no es una característica técnica determinada, Turbo es una sensación, una aspiración, un objetivo es al fin, deportividad y raza, clase y potencia… Turbo es una sensación que sólo se puede describir una vez que te has puesto al volante de uno.
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