El debate entre control y comodidad lleva enfrentando a los aficionados al motor desde hace décadas. Y es que, en no escasa medida se trata de las dos visiones hegemónicas del mercado: la de quienes ven la conducción como un desafío para experimentar al máximo y la de quienes entienden que la automatización es sinónimo de comodidad, seguridad y eficiencia. Sin embargo, las tendencias globales parecen apuntar a una paulatina sustitución de los cambios de marcha manuales por los automáticos, que se extienden incluso en segmentos otrora impensables. Ante esta realidad, ¿es posible afirmar que el cambio manual de marchas se acerca a su fin?
Lo primero, contextualizar la situación del mercado. De acuerdo con los datos publicados por el portal Rastreator.com, entre 2011 y 2014 se habrían duplicado las ventas de coches con cambio automático en España. No se trata de un dato anecdótico porque semejante repunte se vivió en un momento en el que el sector en su conjunto seguía acusando los efectos de la crisis (hasta 2013 no aumentaron las ventas absolutas en términos interanuales). Por ello, en dicho periodo los coches con cambio automático dieron un salto adelante innegable en cuanto a su cuota de mercado.

Imagen con licencia Creative Commons
Europa en su conjunto no ha sido nunca un terreno demasiado propicio para los coches automáticos. Se les consideraba bastante disfuncionales para el estilo mayoritario de conducción, en el que se primaba un gran control sobre el coche. Paralelamente, el nivel adquisitivo del europeo medio, sobre todo, en los países más meridionales, era sensiblemente más bajo que el del norteamericano, lo que se tradujo en que las marcas se volcaran con los modelos manuales. Sin embargo, los avances técnicos, la reducción de costes y la tendencia general a automatizar numerosas variables de la vida diaria ha permitido alterar drásticamente esa foto fija.
Es mucho decir que el cambio manual está en las últimas. Sencillamente, se contempla que a no mucho tardar pueda dejar de ser el tipo de cambio más habitual en Europa y aun así habría que distinguir diferentes grados de éxito según el país en que nos encontremos. La brecha económica entre los modelos manuales y automáticos es cada vez menor y parece que se confirma que el principal motivo porque el que hasta hora se primaba lo manual era el precio, no la experiencia en sí. Tomando como ejemplo el coche más vendido en España en 2015, el Citröen C4, apenas hay 800 € de diferencia entre la motorización con cambio manual PureTech 130 v6 y el motor PureTech 130 EAT6 con cambio automático.

Imagen del extinto cambio manual del BMW M5 extraída de Motor.es
Otro cambio importante es que incluso los modelos más económicos comienzan a introducir más motorizaciones con cajas automáticas. La versión manual 1.2 TSI BMT del Volkswagen Polo y la automática 1.2 TSI BMT DSG están separadas por 1.500 € y ya hay una versión automática del Polo por cada dos manuales, una proporción impensable hace solo una década. En consecuencia, el mantra de que el cambio automático se reservaba para las berlinas y los coches de lujo ha saltado definitivamente por los aires. A todo lo anterior cabe sumar que los coches eléctricos e híbridos apuestan claramente por las cajas automáticas y, en tanto que apuestas de futuro, parecen dibujar un panorama con poco espacio para el cambio manual.
Lógicamente, ninguna tendencia es eterna y hay quien apunta que en el gran mercado de los coches automáticos, Estados Unidos, se asiste a una sorprendente resurrección del cambio manual. En cualquier caso, hay que tener en cuenta que se trata de niveles muy bajos como para sacar conclusiones y que muchas generaciones de conductores ni siquiera saben lo que es conducir con un cambio manual. Lo que está claro es que, tanto si prefieres la caja manual o la automática, en Automóviles Argüelles vas a encontrar las ofertas más interesantes en ambos sentidos.