A lo largo de la historia del automovilismo, la evolución tecnológica ha llevado a muchos ingenieros o analistas a vislumbrar una serie de cambios a largo plazo que no siempre han acabado materializándose. Se trataba de ideas bastante disruptivas que se sostenían sobre los avances experimentados en su tiempo y, dicho sea de paso, también sobre ciertas dosis de ciencia-ficción. Hoy traemos a colación algunas de las ideas más inverosímiles o esperpénticas que se han puesto sobre la mesa en el sector automovilístico. Algunas de ellas todavía no han sido totalmente enterradas, ¿nos tendremos que tragar nuestras palabras y reconocer que eran posibles?
– Coches voladores: especialmente prolíficos en los dibujos animados, lo cierto es que no pocos ingenieros ‘serios’ han fantaseado con esta posibilidad. Los coches voladores siguen sobre la mesa sorprenda a quien sorprenda e incluso recientemente hemos asistido a la presentación de propuestas como el AeroMobil. El modelo, que por cierto fue presentado en un foro con financiación pública a cargo de la Unión Europea, es una respuesta bastante voluntariosa pero con un futuro todavía incierto. Eso sí, los desarrolladores ya aceptan reservas para cuando las primeras unidades salgan a la calle. Quizá te interese ser de los primeros en recibir la feliz llamada…
– Combustibles de todo tipo: llenar el depósito con aire o agua y que el coche eche a andar es algo que todos nos alegraría notablemente la vida (quizá a los productores de petróleo no tanto). Nuevamente, nos encontramos con una idea un tanto esperpéntica pero ante la que hay que reconocer que se han logrado grandes avances. Los coches eléctricos serían un primer paso que, aunque todavía están lejos de las aspiraciones teóricas más ambiciosas, ya suponen una ruptura clara con el consumo de recursos perecederos. Toyota se ha puesto manos a la obra para conseguir una línea comercial de coches que funcionen con hidrógeno y el primer prototipo, el FCV Plus, ya ha sido presentado.
– Coches de bolsillo: el engorro de estacionar el vehículo en una ciudad congestionada ha llevado a muchas mentes fantasiosas a imaginar un mundo en el que los coches pudieran plegarse y almacenarse cómodamente (coches de bolsillo, vaya). No parece que esta posibilidad se pueda materializar a corto, medio e incluso a largo plazo pero sí que se han llevado a cabo proyectos para que los coches reduzcan su tamaño para poder aparcarlos. Una propuesta interesante es la del Armadillo-T, surgido en un programa todavía en desarrollo del Instituto Avanzado de Ciencia y Tecnología de Corea del Sur. Al igual que otros países asiáticos, Corea padece un problema endémico con los atascos, por lo que cualquier solución que minimice el tamaño de los coches resulta bienvenida.
– El coche indestructible: ¿podrá conseguirse en el futuro algún material que neutralice por completo la posibilidad de que la carrocería se pliegue lo más mínimo? De conseguirlo, estaríamos, quizá, ante el final de las muertes en carretera. Como en tantos otros avances tecnológicos, la industria militar ha sido pionera en el desarrollo de materiales lo más resistentes posibles. Lógicamente, todavía no se ha conseguido un material viable mecánicamente y 100% indestructible y si esto se lograra no parece que cuente con demasiadas aplicaciones prácticas en la industria comercial. Algunos superdeportivos sí que incluyen materiales a prueba de colisiones a altas velocidades pero solamente en la cabina y en según qué modelos (con según qué precios, obviamente).
Y tú, ¿qué ideas te gustaría que se estuvieran desarrollando ahora mismo de cara al futuro del automovilismo?