Los coches más espectaculares de la saga de James Bond

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Coches Históricos Cosas curiosas

El cine puede ser un escaparate muy interesante para descubrir vehículos fascinantes pero no hay que olvidar que muchas veces se trata de pura ciencia-ficción. En cualquier caso, a todos nos atrae comprobar cómo la imaginación de los guionistas alumbra verdaderas obras de arte de la mecánica y con las que nos resulta imposible no fantasear. Hoy nos detenemos sobre una de las sagas que probablemente más coches de altos vuelos ha presentado en pantalla, la de James Bond. El agente 007 ha conducido vehículos que serían el sueño de muchos, veamos cuáles han sido los más impactantes.

Imagen promocional del Aston Martin Vanquish utilizado en Muere otro día. Imagen extraída de astonmartin.com

Aston Martin Vanquish: la última aparición de Pierce Brosnan en la saga, en Muere otro día (2002), permitió al actor irlandés conducir un coche que contaba con la capacidad de camuflarse en cualquier escenario. Junto a este accesorio, el Vanquish incluía un recurso bastante habitual en los coches de James Bond, los cohetes de aceleración. Para el recuerdo de los cinéfilos queda la vertiginosa persecución sobre el hielo en la que el villano conducía otro cochazo, un Jaguar XKR.

Lotus Sprit S1 sumergiéndose en La espía que me amó. Imagen extraída de designntrend.com

Lotus Esprit S1: Roger Moore es recordado como uno de los actores que más elegancia han destilado en este papel y el Lotus Esprit S1 estuvo a la altura en la célebre La espía que me amó (1977). Los misiles y el resto de armas del coche bastaban para considerarlo un tanque deportivo pero su función más sorprendente era la posibilidad de convertirlo en un submarino. También en el agua contaba con todo tipo de armamento para tumbar a los enemigos.

Imagen promocional del Aston Martin DB5 utilizado en Goldfinger con Sean Connery. Imagen extraída de astonmartin.com

Aston Martin DB5: quizá, el coche más mítico de toda la saga a pesar de que la casa inglesa solo lo mantuvo dos años en producción (1963-1965). Hizo su aparición estelar en dos de las primeras películas, Goldfinger (1964) y Thunderball (1965), con Sean Connery al volante. Sin embargo, el impacto que causó motivó que tres décadas después reapareciera en Goldeney (1995), la primera cinta con Pierce Brosnan. Daniel Crage, último James Bond hasta la fecha, tuvo ocasión de conducirlo en Casino Royale (2006) y Skyfall (2012). Puro señorío británico al servicio de Su Majestad. Como curiosidad, el escritor de la saga, Ian Fleming, no había previsto que su personaje condujera este coche sino un DB Mark III.

Chevrolet Bel Air Convertible en un fotograma de Agente 007 contra Dr. No. Imagen extraída de motorbit.com

Chevrolet Bel Air Convertible: no tenía tantos gadgets ocultos como otros coches del superagente pero tenía que estar en el ranking por ser el primer vehículo que pudimos ver en la saga. Sean Connery tuvo la suerte de conducir uno de los modelos más recordados de la marca de General Motors y que durante más tiempo se mantuvo en su catálogo (1953-1975 en Estados Unidos, hasta 1981 en Canadá). En Agente 007 contra el Dr. No (1962), el Bel Air nos dejó claro que James Bond no iba a conducir cualquier coche.

Imagen comercial del Jaguar X-C75 utilizado en Spectre. Imagen extraída de autoexpress.co.uk

Jaguar C-X75: tal y como hemos comentado con anterioridad, no todos los coches espectaculares son conducidos necesariamente por el protagonista de la saga. De hecho, hay veces en las que los villanos pueden presumir de vehículos tanto o más imponentes que los del agente británico. En Spectre (2015), última película hasta la fecha, James Bond se ve perseguido en Roma por un deportivo sencillamente impresionante.

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