Corría el año 2009 cuando BMW Motorsport daba un salto inesperado, y es que, desde 1972 la denominación M estaba asociada a unas prestaciones y estándares bastante claros, algo que, parecía romperse con la llegada de esta denominación a los X5 y X6.
Para comenzar, por primera vez en la historia de Motorsport uno de sus vehículos iba a incluir tracción total y además, esos vehículos iban a ser todoterrenos o SUV.
Cierto, que estas variantes M se convertirían en los BMW más potentes de la historia con sus 555 CV, pero siendo puristas, no parecía que se fuera a respetar la filosofía que dio paso al nacimiento de la famosa división de coches deportivos.
Hasta ese momento todos los M habían sido fieles a la tracción trasera, es más, era un punto considerado clave en la experiencia de conducción por los más puristas.
Cuando se empezaron a conocer las especificaciones técnicas del vehículo se dio a conocer lo que hoy conocemos como Xdrive, el sistema de tracción total con el que BMW esperaba hacer olvidar la tracción trasera, inaugurando un nuevo ciclo.
Lo cierto, es que pese a las reticencias y al desacuerdo con los fieles puristas de la marca teutona, las versiones Motorsport de los X5 Y X6 llegaron para quedarse, y ya llevan con nosotros algo más de 10 años.
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