Dar nombre a un vehículo es realmente difícil, sobre todo, teniendo en cuenta que se va a vender en muchos mercados, cada uno con su historia. Para ponernos en situación, usted es un ejecutivo nipón que decide que MR2 puede ser un buen nombre para su nuevo modelo, Toyota MR2 parece el perfecto y aséptico nombre, hasta que descubre que en Francia, su pronunciación sería «Toyota mierdé» , la solución en este caso fue sencillo eliminando el «2», en otros casos el asunto es más espinoso.
Jonathan Swift era un escritor inglés, irlandés para ser más exactos que escribió uno de los libros que están en la memoria de todos los niños, -al menos los que ya llevamos años engrosando la lista de los adultos- los viajes de Gulliver, así que, un ávido ejecutivo nipón busco en sus páginas un buen nombre para bautizar uno de sus modelos. En esta historia, al nipón le faltaba algunos datos, Swift era conocido por sus obras satíricas y que aquellos tiempos la relación entre imperios no era la mejor o simplemente Swift no hablaba Español -siendo menos retorcido-, lo cierto, es que una de las islas de este libro se llamaba «laputa«, una isla que podía volar gracias a un enorme imán y cuya base era de diamante… Volar, Imán, diamante y Gulliver eran los valores que este ejecutivo Nipón deseaba transmitir así que, nada mejor que bautizar a su vehículo Mazda Laputa, y sí… costo darse cuenta, se llegaron a vender unidades con este nombre.
Merece la pena detenerse en los eslóganes utilizados para vender este coche para entender que el error fue de bulto:
-«Laputa: su mejor compañía en los viajes largos»
– «Sus amistades envidiarán que usted ande con Laputa»
– «No hay placer comparado con subirse a Laputa»
Ejemplos hay muchos, Lancia lanzo un prototipo llamado Lancia Marica o Ford otro conocido como Ford Corrida.. aunque lo cierto es que no llegaron al mercado como otro caso realmente curioso.
La publicidad de este vehículo era la siguiente: «lo puedes guardar en cualquier sitio», un buen eslogan para un utilitario de pequeño tamaño si obviamos el inicio de esta publicidad: «El Moco lo puedes guardar en cualquier sitio», Nissan desde luego no puedo errar más.
No solo es un tema con el lenguaje patrio, el Seat Málaga paso a llamarse en Grecia, Gredos.. porque sonaba como aquí a Pajero, que por cierto, era el nombre que le dieron al Mitsubishi Montero -en honor a un Leopardo- hasta que cayeron en la cuenta de su significado en castellano, en Suecia por ejemplo cambiaron el Fiat Regatta porque era algo parecido a «esposa infiel» y en Finlandia el Fiat Uno sonaba a «idiota».
Para finalizar el coche llamado a ser el más rápido destronando al Bugatti es fabricado por la empresa Apollo que no ha tenido otra idea que añadir el N a su versión, ApolloN, curiosamente de este modelo solo se han fabricado seis y algo nos dice que el mercado hispano tendrá especial interés en ellos.