Mercedes S 63 AMG Coupe 4Matic: la deportividad más exclusiva

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La historia de las grandes marcas está repleta de modelos que han marcado a más de una generación de conductores y acaban convirtiéndose en clásicos del automovilismo. Mercedes-Benz es uno de los fabricantes con más prestigio del mercado y sus líneas son siempre sinónimo de exclusividad (aunque en los últimos tiempos haya tratado de adoptar una imagen más ‘popular’ en algunos modelos). Lógicamente, la línea que mejor representa todas estas virtudes es la Clase S, una de las berlinas más lujosas que pueden encontrarse y también una de las más veteranas del mercado. Si además hablamos de una versión tan agresiva como la 63 AMG Coupe 4Matic, la expectación está justificada.

La Clase S de Mercedes-Benz comenzó a fabricarse en la década de 1950 pero era el resultado de un intenso proceso de maduración y experimentación que arrancó tras la Segunda Guerra Mundial. El automovilismo es una cuestión de prestigio y la imagen de la casa alemana necesitaba recuperarse con rapidez de su vinculación con el régimen nazi, en tanto las fotografías de Hitler saludando desde un Mercedes constituían una losa muy pesada para la compañía. La Clase S tendría pues el cometido de comenzar a lavar esta notable mancha.

El éxito de las primeras versiones fue bastante aceptable a pesar de que el diseño no había cambiado en exceso respecto a otros modelos de la década de los cuarenta. La versión cupé llegó a finales de la década por vía del W128, coche que puede considerarse el antecesor más remoto del AMG Coupe 4Matic. En cuanto a la denominación actual de la línea, esta no se adoptaría hasta 1972, cuando el W116 marcó la tónica de la mayoría de diseños de la casa alemana hasta bien entrada la década de 1990. La seguridad se mejoró considerablemente aunque habría que esperar hasta 1979 para que los amantes de los cupés contaran con una nueva referencia, el W126.

Durante los noventa se afianzaron las versiones cupé, cada vez más demandadas por el mercado, que han desembocado en el actual Mercedes S 63 AMG Coupe 4Matic. Este modelo en concreto no se entiende sin la refundación en 2005 de AMG, la filial de Mercedes encargada de desarrollar los modelos más deportivos (inicialmente, pensados para competir). Aquel año llegó una hornada de motores AMG 63 dirigidos a las líneas C, ML y, cómo no, S. En 2015, el Grupo Mercedes decidió crear la división específica Mercedes-AMG, con objeto de potenciar un nuevo concepto de diseños deportivos.

El Mercedes S 63 AMG Coupe 4Matic está considerado uno de los coches de fabricación en serie más potentes del mercado. Su motor V12 ofrece potencias cercanas a los 600 CV, un nivel que, sin embargo, puede domesticarse gracias a los sofisticados sistemas tecnológicos de última generación (como el Driving Performance). Paralelamente, la conducción deportiva está más que garantizada con el equipo de escape deportivo y el sistema de dirección paramétrica. Todo ello acompañado por una estética dinámica donde las haya y que transmite una gran sensación de horizontalidad (efecto logrado en parte por las líneas exteriores del vehículo). Los detalles de lujo son más visibles si cabe en el interior, con asientos de cuero extraordinariamente confortables.

Como cabría esperar de un modelo de estas características, el Mercedes S 63 AMG Coupe 4Matic presenta un precio igualmente exclusivo. Es por ello que la opción de adquirir un modelo con pocos años y un notable equipamiento adicional en el mercado de segunda mano es una alternativa especialmente recomendable. En Automóviles Argüelles contamos con un fantástico ejemplar que salió del concesionario en 2015…

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