La historia de la automoción lo es en buena medida la de la rivalidad entre fabricantes, marcas y modelos. Solo así se entiende la presión que sienten las compañías del sector para anticiparse a sus competidores a la hora de desarrollar nuevas tecnologías así como para mantener el interés de los consumidores en sus diseños. En esta primera entrega del serial ‘Rivalidades sobre ruedas’ colocamos frente a frente a dos de los SUV compactos más exitosos y cualitativamente reseñables del mercado. El Audi Q3 y el BMW X1 simbolizan dos maneras de entender la conducción tan diferentes como cautivadoras.
Como no podía ser de otro modo, el Audi Q3 enarbola la bandera que la firma alemana trata de blandir en todos sus modelos, la del equilibrio. No es un SUV que sobresalga por un detalle en concreto sino que consigue una imagen de conjunto ciertamente difícil de superior. Ello es visible ya desde el exterior, en el que Audi ha optado por una marcada horizontalidad y una estética poco agresiva. Esto no impide que la zona trasera presente una silueta ligeramente redondeada, lo que supone darle cierto aire deportivo que lo hace a su vez un coche más urbano.
En el apartado del diseño, el BMW X1 aboga por una concepción bastante distinta a la de su rival. De entrada, las líneas exteriores diagonales consiguen el efecto opuesto al del Q3, colocándonos frente a un coche más musculoso. El diseño del maletero también rompe la homogeneidad de su rival al presentar una superficie un tanto accidentada y con más aplicaciones estéticas que prácticas. Las ventanillas están algo más elevadas, fruto de la mayor altura del coche respecto a las versiones anteriores. En suma, la casa alemana realiza una apuesta valiente por un diseño más vanguardista.
Por lo que respecta a la mecánica, las diferencias también se dejan sentir. El Audi Q3 ofrece siete versiones (tres diésel y cuatro a gasolina) con una amplia horquilla de potencias entre 150 y 340 CV (incluyendo las versiones RS). Tanto el cambio manual como el automático han conseguido un destacado nivel de suavidad, al tiempo que la sensación general al volante es de placentera estabilidad. El BMW X1 dispone de cuatro motorizaciones (dos diésel y otras tantas a gasolina) con propuestas de 3 y 4 cilindros pero con un abanico de potencias algo menor (de 116 a 231 CV). Cabe destacar que el X1 consigue un consumo medio ligeramente inferior entre versiones similares.
En lo concerniente a la comodidad, habitabilidad y seguridad, el debate se encona todavía más. El Q3 presenta un funcionamiento más suave a pesar de los intentos de su rival por acercarse en este terreno. Sus dimensiones algo más compactas se traducen en un esquema casi de 2+2, con una tercera plaza central trasera limitada. El X1 no tiene este problema y ofrece una habitabilidad algo más espaciosa a resultas de adaptar la plataforma Active Tourer, contando con asientos más elevados y una mejor visión de la carretera. El SUV de Audi contraataca en el sistema de frenado al desarrollar un mecanismo de control eléctrico más inmediato, beneficiándose, además, de su menor peso. Cabe añadir, por último, que las versiones de BMW son más recientes que las de su compatriota, por lo que es de esperar una respuesta a no mucho tardar.