Si tenemos que hablar de una berlina de lujo, esa que aparece cuando nos imaginamos en la parte trasera mientras un chofer conduce, a todos nos aparece la misma imagen.
El espíritu del estasis casi desde su nacimiento es sinónimo de elegancia, refinamiento y por supuesto buen gusto.
Y es que, este es un coche para ser disfrutado desde sus plazas traseras mucho más cuidadas que las delanteras, donde se incluyen toda suerte de extras que van desde una copas y nevera hasta un equipo de entretenimiento -y de trabajo- sin igual.
Comenzando con la climatización personalizada para la parte trasera y terminando por un generoso espacio, viajar sin conducir se convierte en un autentico lujo -y eso es mucho decir a nosotros, por su puesto nos encanta conducir-, y es que, el espacio creado entorno al pasajero es envidiable.
Por supuesto, el conductor del Ghost no se sentirá abandonado, todos los extras imaginables y ayudas a la conducción están presentes, el sistema multimedia es envidiable y por supuesto el espacio y la comodidad están cuidadas hasta el último detalle.
Al fin, un coche para conducir y ser conducido, un coche redondo santa y seña de las berlinas de gran lujo.
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