Y es que este coche sabe a despedida, no, no es que Mercedes acabara con el la famosa serie SLK pero si que es cierto que desde este modelo hay algo que ha cambiado, y no es algo baladí….
Con este SLK 55 AMG terminaba la fabricación de los motores atmosféricos por parte de AMG, no tenemos ningún pero a los motores posteriores, pero es cierto que para aquellos que buscamos sensaciones al volante con él desaparece esa sensación única al pisar el acelerador que te pegaba al asiento y te hacia disfrutar de la carretera de la misma manera que un niño, lo hace con su primer scalectrix.
Quizás sea una cuestión de gustos, cierto es que para sacar el máximo rendimiento el motor atmosférico debe ir más revolucionado que aquellos que llevan turbocompresor pero quizás lo mejor es empezar por el principio.
Un motor atmosférico es un motor de combustión interna que debe su nombre a que la entra de aire depende de la presión atmosférica, es decir, no llevan sobrealimentadores ni turbocompresores, la mayoría de los coches de competición montaban estos motores -y algunos montan- para evitar el «TurboLAG» que a pesar de ser una palabra bastante rara tiene una definición bastante sencilla, tienen una respuesta «instantánea».
Estos motores al llevar menos piezas suelen ser más fiables, tienen un mantenimiento más sencillo a costa de ser menos eficientes y perder algo de potencia en altitud, lo cierto es que esa respuesta inmediata (sin turboLAG) es esa sensación que te pega al volante y de la que hablábamos al principio.
Quizás no hay que añorar esta tecnología que tan buenos recuerdos nos trae a los amantes del motor, los nuevos motores son más eficientes y realmente potentes pero lo cierto, es que este coche de segunda mano entre otras muchas virtudes puede presumir de ser un trocito de historia de la marca alemana.
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